lunes, 12 de octubre de 2015

Hoy nos hemos cruzado.

Hoy nos hemos cruzado por la calle. Y si no lo hemos hecho, tranquilo, pasará. El tiempo siempre vuelve a unirlo todo, aunque ya no haya vuelta atrás. ¿Recuerdas cuando nos conocimos? Yo no era más que una cría inocente, una niña, un sueño. Tu eras mi estrella, o te convertiste en ella. ¿Cómo lo hiciste? Nadie había entrado tan rápido en mi corazón. Eras mi amigo. Eras mi amigo y tuviste que irte. ¿Recuerdas cuánto hace ya? Un par de años puede ser demasiado cuando ya no hay comunicación. Pero esa decisión fue tuya y solo tuya. No me imagino como debió ser... llegaste a una tierra para ti desconocida y tenías que iniciar una nueva vida allí. Mi ingenuidad me llevó a darte los buenos días y las buenas noches, todos y cada uno de los días durante un par de meses. Claro, yo no esperaba respuesta, sabía perfectamente que estarías demasiado ocupado para eso. Me pregunto cuantas personas han hecho eso... ¿Cuántas personas se han molestado en saludarte todos los días sin esperar una contestación? Eso es lo de menos... porque a veces contestabas. Y esa respuesta era mi alegría, porque creí que estaba siendo simpática y que quizás te alegraba que te diera los buenos días alguien a quién conocías. Pero estabas tan ocupado... un minuto de tu tiempo era pedir demasiado. ¿Quién en su sano juicio se molestaría después de días y días sin recibir una simple respuesta? Yo no lo hice. Y aun así, recibí ese minuto de tu tiempo cuando ya me daba por vencida. No me importaron esas veces que dijiste que me hablarías y no lo hiciste... Pero cada vez me importaron menos tus minutos, casi inexistentes. Aun así seguí siendo tan ingenua... tan inocente. No entiendo por qué la gente es inocente tanto tiempo. Los minutos eran cada vez menos. Y lo entendí. Quizás no era ese el mensaje, pero mi ingenuidad y mi inocencia se esfumaron por completo, ya no necesitaba tus minutos, ya no necesitaba ni un solo mensaje. Lo entendí. 

Hoy nos hemos cruzado por la calle. Te he saludado, sí, pero he seguido mi camino. Porque en ese instante en el que la ingenuidad del momento desapareció y no necesité más minutos ni mensajes, también desapareció el hilo. Ese hilo que un momento creí que me unía a esos minutos y a esos escasos mensajes se rompió. Y mi camino estuvo completamente libre de nuevo. Tranquilo, no eres la única persona que decidió por mi. Aunque a veces me gustaría saber por qué.
La gente entra en la vida de los demás como si fuera algo fácil y decide salir de ella como si el proceso fuera el mismo. Pero cada vez que una persona decide, sin previo aviso, salir de la vida de alguien, hace que ese agujero se cierre cada vez más. Y cada vez es más difícil que otras personas entren, aunque quieran quedarse para siempre.

Hoy nos hemos cruzado, y ya no estabas en mi vida, lo habías decidido por mi.

sábado, 22 de agosto de 2015

A todas esas personas...

A ti, que me prometiste la luna pero me apagaste las estrellas.
A ti, cuya amistad dejó mucho que desear.
A ti, que me provocaste tantas heridas que aún no han curado ni la mitad.
A ti, que me hiciste desconfiar de los chicos.
A ti, que decidiste salir de mi vida cuando ya tenías la cama hecha en mi corazón.
A ti, que me obligaste a cambiar para evitar volver a caer.
A ti, que me hiciste caer más de una vez.
A ti, que te reías mientras intentaba levantarme.
A ti, que ibas por delante de mi orgullo y me decepcionaste.
A ti, que conseguiste que me odiara más que a nadie.
A ti, que me has fallado tantas veces y no lo sabes.
A ti, que me hiciste pensar en cosas horribles.
A ti, que decidiste alejarme cuando más necesitabas a alguien.
A ti, que fingiste unir mis piezas rotas cuando solo las estabas rompiendo más y más.
A ti, para quién solo fui un nombre más.
A ti, quien estaba ahí cuando sonreía y se alejaba cuando necesitaba llorar.
A ti, que no fuiste capaz de quererme.
A ti, por quien he soltado más de una lágrima, más de una vez.

A ti, a todas esas personas y a ninguna, gracias. Porque gracias a alguien así he aprendido a atrapar mis propias estrellas y a encender un cielo entero. He aprendido a estar sola y a ser feliz así. Gracias por demostrarme que la inocencia reside en la ingenuidad, no en las personas buenas. Gracias por hacerme entender que la culpa ha sido mía, por no querer ver lo que tenía delante, por miedo a cambiar mi vida, por miedo ser yo.

sábado, 20 de junio de 2015

Yo, un bombón oxidado.

Hola, soy Marina y hace un tiempo tuve ya un blog en el que iba subiendo capítulos de una especie de "novela" que escribía. Sí, escribir es una de las cosas que más me gusta después de leer. Creo que escribir es una de las mejores maneras de dar a conocer lo que las personas sienten, escribiendo puedes ser tu mismo, no tienes por qué fingir ser quien no eres.

Hace un par de días que decidí aprovechar el verano para volver a empezar a escribir experiencias, historias, pensamientos, cosas que me inspiran o que pueden inspirar a otros. Y que si no gustan... tampoco pasa nada, porque me lo paso bien mientras las escribo. 

No voy a prometer publicar cosas cada día o cada mes. Vaya, no prometo ni escribir cada año, y tampoco me importa mucho si lo lee mucha gente o no lo lee absolutamente nadie. Es una simple manera de dar rienda suelta a mi imaginación.

Si alguien por casualidad lo lee y le gusta, por favor, me encantaría y seria absolutamente increíble que me lo dijera. 

Besos, un bombón oxidado.